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Ya está aquí esa época mágica del año en la que volvemos a ser niños y nos enamoramos varias veces al día: de las luces, del vecino buenorro que ha vuelto a casa por Navidad y de ese abrigo tan monísimo que viste online.

Ahora toca cruzar los dedos y esperar que nadie se acuerde de aquella travesura que hiciste. Luego toca contar las horas y comerse un poquito las uñas hasta que por fin suene el timbre y cruzar corriendo el pasillo como alma que lleva el diablo tropezándote con todo, abrir lo más dignamente la puerta colocándote tus cuernos de reno y que suceda la magia: ¡El repartidor lleno de regalos ya está aquí!.

Y es que con lo buena y bonica que eres, ¿cómo no te iba a traer todo lo que has pedido en Zalando?”